martes, 4 de febrero de 2014

CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO



"¡Ay de los que se fían de Sión
,...acostado en el lecho de marfil !"(Am. 6,1.4); comen, beben, canta, se divierten y no se preocupan por los problemas de los demás.

Son duras estas palabras del profeta Amós, pero nos advierten de un peligro que todos corremos. ¿qué es lo que denuncia este mensajero de Dios, lo que pone ante los ojos de sus contemporáneos y también ante los nuestros hoy? El riesgo de apoltronarse, de la comodidad, de la mundanalidad en la vida y en el corazón, de concentrarnos en nuestro bienestar.

Pero intentemos preguntarnos: ¿porque sucede esto?¿como es posible que los hombres, tal vez también nosotros, caigamos en el peligro de cerrarnos, de poner nuestra seguridad en las cosas, que al final nos roban el rostro, nuestro rostro humano? Esto sucede cuando perdemos la memoria de Dios. "¡hay de los que se fían de Sió!", decía el profeta.

Si falta la memoria de dios, todo queda rebajado, todo queda en el yo, en mi bienestar. La vida, el mundo, los demás pierden la consistencia, ya no cuentan nada, todo se reduce a una sola dimensión: el tener si perdemos la memoria de Dios, también nosotros perdemos la consistencia.